Gracias, por este tiempo, gracias.
Gracias por estar y no estar. Por ser la escencia de estas líneas y la historia de este espacio.
Gracias por llevarme a París, por pasearme por Egipto. ¡Ah, cómo te encantaba Egipto!.
Gracias por vivir en mis sueños, por tocarme en ellos. Gracias por tomarme de la mano cada noche para estar contigo.
Gracias por el café latte, por el beso sabor a menta y por el frío que me dejaste sentir.
Gracias por todas las visiones gratas, gracias por dejarte ver.
Gracias por darme la ilusión más grande. Gracias por enseñarme lo que es el amor, a ciegas, sincero y sin expectativas.
Gracias por romperme en pedazos. Gracias por elevarme y hacerme caer.
Gracias porque contigo aprendí que la esperanza no siempre es buena, que a veces te daña, te consume hasta matarte de a poquito.
Gracias por enseñarme fortaleza y paciencia.
Gracias por enseñarme que compartirte con otra no es tan malo si se que tu corazón me pertenece a mi. Pude ser tolerante con los siguientes, tolerante más no estúpida.
Gracias por darme valor, fuerza de voluntad. Por guiarme en el camino hacia mi libertad, hacia el despertar de mi consciencia, la muerte de mis egos y la verdadera magia.
Gracias porque desde nuestro primer contacto creíste en mi. Aun recuerdo la primera vez que te vi en aquellas dimensiones - "Qué bonita eres Ari. Tienes mucho poder. Yo te voy a ayudar a potenciarlo. Puedes lograr grandes cosas, creetelo porque así es.Te haré alguien inmortal". Inmortal me hiciste con el amor, este amor tan puro y vacio. Que no sé si aun te siento, si aun te amo. No sé si aun quede de eso, pero entérate que después de ti no he amado a nadie más. No se ama a cualquiera.
Gracias por ayudarme a entender que jugar a ser Dioses en el amor no da satisfacción. Gracias por limitarme con el uso del poder entre tu y yo. Gracias porque ahora se que cuando alguien me interesa de verdad, es cuando menos pienso hacerlo d emi uso.
Gracias por estar todos los días ahí. Detras de un aparato electrónico. Gracias por seguir prometiendome cafés, crepas y chilaquiles picantes, aun que yo sepa muy bien que eso esté lejano a ocurrir, incluso si respiramos el mismo aire de occidente.
Se muy bien las circunstancias, el día, la hora, el dominio y el ciclo lunar en el que te conocí, porque tu llegada sacudió mi mundo desde el primer momento, porque tu nombre hizo tanto ruído que despertó a toda latinoamérica. Ahí estabas tu, ahí estaba yo. Tu tan imponente, yo tan ingenua.
Gracias por estos 4 años de tu prescencia en mi vida.
Por siempre para ti, Arielle.
