Hola:
No ha pasado tanto tiempo, aun que para mi sí lo ha sido. Y es porque mi ser ha sentido muchas ganas de escribir, pero le he estado huyendo a esto.
Quizá le huyo a enfrentarme a mi misma, a marearlos con los sucesos tan dramáticos que pasé. Son dramáticos porque así lo he decidido, y este peso y esta sensación me anuncian que aun no estoy en completa libertad, me dicen que debo hacer algo, además de haber llorado, transmutado, liberado y demás, aun hay cosas que aun están guardadas y que solo puero liberar escribiendo.
No me salen las palabras, mis dedos se atoran en las teclas, me duele el quinto chakra, y lo digo así por no nombrar las partes que me duelen.
Siendo sincera no sé como sacarlo. No sé que decir, no sé que hacer. De todo lo malo hay algo bueno, sí sé que es lo que no he podido sacar, y lo supe desde aquella noche pero no quisé hacer lo necesario.
Ya no estoy triste, ya no siento una ausencia, ya no me culpo...solo queda algo. Y ese algo es tan fuerte y tan feo que no me permitiría que ninguno de ustedes lo leyera.
Esa es la razón, blogger, esa es la razón de que no me haya atrevido a entrar en días, tu no sabías, pero te estoy huyendo. Esa es la razón de que me haya saltado la entrada de año nuevo, de que me haya pasado mi hulaniversario, de que haya querido escribirle a Lula, a Emi, a Roo y a las demás y aún no lo haya hecho.
No estuve ignorando lo que tengo, sé que ahí está, pero aun tengo miedo de enfrentarlo. Tengo miedo de permitirme ser vulnerable por el mismo motivo una última vez, pero debo hacerlo. Porque no es posible que se me siga revolviendo el estomago cada vez que escucho de ti.
Siento un poco de ligereza.
Vuelvo a las sirenas tristes.
Arielle
