Pienso que las mujeres tenemos una virtud, que al mismo tiempo es un de los defectos más grandes. Tenemos el don de vivir de la esperanza.
Esperanza de que algún día las cosas cambien, de que algún día él vuelva, que algún día mejoremos. Nos aferramos a la idea de que el destino nos los puso en el camino, y así es, pero vivimos con la esperanza de que el destino no nos lo quite porque si el destino nos lo trajo, es para mi. La esperanza hace que perdamos tiempo esperando (que redundante suena) y lastimandonos por cosas que no sabemos si van a suceder. Es por eso que, aun que sabemos que nos haga mal, que quiza él nunca vuelva y que es muy probable que no cambie, que nos aferramos a el amor.
Lo escribo desde mi punto de vista, mi experiencia y mi situación de ahora. Supongo que esto es una proyección de mis pensamientos.
Esperanza de que algún día las cosas cambien, de que algún día él vuelva, que algún día mejoremos. Nos aferramos a la idea de que el destino nos los puso en el camino, y así es, pero vivimos con la esperanza de que el destino no nos lo quite porque si el destino nos lo trajo, es para mi. La esperanza hace que perdamos tiempo esperando (que redundante suena) y lastimandonos por cosas que no sabemos si van a suceder. Es por eso que, aun que sabemos que nos haga mal, que quiza él nunca vuelva y que es muy probable que no cambie, que nos aferramos a el amor.
Lo escribo desde mi punto de vista, mi experiencia y mi situación de ahora. Supongo que esto es una proyección de mis pensamientos.