Mejores amigas et Bon Voyage


Hoy voy a agradecer por mis mejores amigas. Nunca me gustó el título "mejor amiga". Sentía que era una forma de hacer menos a los demás, pero con los años aparecieron dos personas que me demostraron el significado de aquel sustantivo.

Laura y Daniela.
A Laura la tengo cerca (cuando no decide emprender un viaje a lo desconocido para seguir sus sueños).
A Daniela jamás la he visto en persona. Pero hablamos TODOS los días y sin excepción (quien por cierto anda en su primer viaje de mochila por Bolivia y Perú, aun que el GPS diga Brasil).
Ya Daniela tiene su respctiva entrada en mi anteriror blog. Así que hoy, y por ocasión especial, le toca a Laura.

Laura es ese amigo psicólogo que se sienta a escucharte y te da su opinión en forma de analogías. Tipo Biblia. Así es Laura. Se inventa proverbios mejores a los de "Un clavo saca a otro clavo". Y es imparcial; jamás estará de mi lado si planeo hacer cosas injustas o que pueden dañar a otro. Es fiel seguidora de la justicia y el verdadero amor. Aun que, como yo, le tiene alergía al compromiso. Good listener as heaven. Laura es la única persona a quien a estas alturas de la vida le puedo seguir hablando sobre él sin sentir que me va a decir que ya chole con el mismo cuento de los viajes astrales. Es tan importante que también se volvió amiga de mis amigos virtuales. Laura y Daniela se escriben y hablan porque las uní.

Sagitario, libre, impulsiva, aventada y caminante del mundo. Laura, a los 17 años, se fue a vivir a Polonia, sola. Yo he acompañado a su mamá todas las veces que ha tenido que despedirse de ella. Uy! Cosa más conmovedora que ver a una madre despedirse de su hija pequeña y darle alas para lograr lo imposible. Después de esa estadía, se hizo su eurotour. Ya se imaginan por todos los lugares que estuvo.

Laura, a los 20, como yo, se enamoró de Guadalajara. Y a los 21 ya estaba viviendo otra estancia ahí. Hoy tiene 23 y tiene un logro y una meta marcada. El viaje comienza en dos días. No voy a escatimar en presumir sus logros. Ella fue aceptada en una de las universidades más importantes del país para estudiar una maestría. Y como ella lo planeó, va a hacer su vida donde siempre quiso hacerlo, Guadalajara.

Hoy me arreglaba para verla. Nuestra "última salida en Chetumal" (cero drama) y recordé aquella vez en la que me bajé en Catedral, la llamé por teléfono y le dije -Dónde estás tontis? Estoy frente a la fuente de Catedral, donde quedamos. Y ella respondiendome, +No!, Yo estoy frente al kiosco -Ahhh ya se, camina hacia Alcalde, o no, deja, yo te busco. Y así nos vimos de lejos, casi brincando, sin poder correr a abrazarnos al cruzar la calle debido al tráfico carácterístico de la Av. Alcalde. Suena de película, pero así fue. Tan pronto sonó el semáforo peatonal cruzé y me lancé hacía ella. Era la primera vez que nos veíamos bajo el cielo de La Perla. Era la primera vez que estabamos juntas en aquel lugar.
En ese año, en esos meses que viví en Guadalajara, Laura me visitó dos veces. Curiosamente quince días después de mi llegada y quince días antes de volver. Ella conocía Zapopan con los ojos cerrados. Yo me conocía Guadalajara de la misma manera. Ella conocía todos los centros comerciales con sus respectivas rutas. Yo me conocía el centro histórico con su sabor a tradición y sencillez. Jajaja como olvidar su cara de miedo cuando la lleve a la zona del San Jhony o San Juan de Dios ( a veces es medio insegura y dramática).
Ella le llamaba "El Parque Rojo", yo le llamaba "El Revolución" yo le hablaba a las calles por su nombre y ella no parecía entender, ahhh pero ella era la reina de las rutas. Somo una ahí.

Estoy muy emocionada por ella. Porque se cuanto anhela y se cuanto ha tenido que soportar estando lejos. "Cada que vuelvo a Guadalajara es como que respiro. Cargo pilas y me vuelvo a ir con la esperanza de volver pronto por que aquí pertenezco", eso suele decir.

Se que ella me entiende cuando digo que cuando veo las luces y la inmensidad de la ciudad desde el cielo siento ganas de llorar. Ella fue enviada a mi vida por algo y agradezco tenerla para compartir esto. Ella ha podido entender mi depresión de estos meses.

Ya mi madre, con la misma emoción que yo, la abrazó mucho, se despidió y le compartió un poco de su amor de madre al saber, por experiencia que atravezó conmigo, todas las maravillas que le esperan al llegar.

No te deseo suerte y exito porque eso ya es parte de ti. Solo deseo que vivas todo al máximo, el hoy y trata de ser menos aventada y desastroza que yo, que por la gracia de San Miguel no aparecí embolsada por ahí.



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