Hoy, al dormir, quisiera verte en mis sueños; tal y como te vi anoche.
Así, muy tu, tan divino, tan diferente, así como me gustas.
No se si fue semi real o tan solo fueron las proyecciones de mi vida en la tercera dimensión.
Un abrazo reparador, de esos. Al sentirte rodeandome pude estar tranquila, que al momento de sentirte todos mis miedos se fueron. ¿No te asustó el suspiro que solté al adentrarme en tus brazos? Más bien creo te pareció tierno, tu sonrisa te delató. En serio, no encuentro palabras para describir el alivio que sentí al 'tocarte'.
Deseo y deseo mucho poder hacerlo todos los días, eso, abrazarte.
Sencillamente eres lo ideal y lo supe desde que te conocí, hace ya algún tiempo. No se a donde vaya a parar esto, pero yo hare lo acostumbrado, ser yo y avanzar hasta el final.
¡Qué delicia enamorar siendo uno mismo!
Arielle | 27 de abril de 2012, 9:00