Día 15

#365DaysProject - Day15


Nadie merece cerrar el año viendo al cielo, a los fuegos artificiales iluminarlo, mientras las lagrimas rodando oscurecen su rostro. Nadie merece mirar hacia la arena, ponerse las dos manos en el rostro y gritar mientras la gente al rededor brinca y se abraza.
Nadie merece recibir los primeros rayos del sol del nuevo año llorando desconsoladamente en Playa Mamitas, bajo lo que queda de un manglar mientras un hombre extraño le dice que sé calme porque todo va a estar bien.

Por eso no me gusta huir, porque acaba siendo la misma mierda. Uno no puede huir.NO.

Y no mereces estar así por alguien que en lugar de enfrentar las cosas de frente prefiere jugar a las indirectas y llamaderas de atención en una red social. No creo que seamos dos personas que deban entrar en esas ridiculeses, al menos yo no me considero una, y tampoco te consideraba así a ti.
 
Como sea, verme en esa esacena me hace reirme de mi misma. Qué patética.

By the other hand, me encontré a unos franceses que, para variar, venían de terminar su intercambio en el CUAD y habían vivído en el centro. Los pobres querían robar mi alcohol pero jajaja, ay dioses, yo soy más lista para eso. Además que ya me conosco las mañas de los franceses y más de los que estudían en el CUAD. Esas fiestas en "El Fresco" los dejan loquitos.
Y pues tengo demasiados amigos de otros países como para ser la típica mexicana que les ofrece todo a cambio de que digan que son sus amigos, y por eso es que tengo tantos. Los extranjeros son personas, no objetillos. Aunque admito que más de una vez me aproveché de esas circunstancias para conseguir cosas grstis.

Y bueno, también conocí a Tom, un ser de luz, treintañero, francés que fue el alma que tenía que toparme la última noche del año para sanar un ppco y revonevtar con mi bruja malabarista interior.

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